Tienen más de cinco años de enamorados, pero en sus planes no se incluye el pasar por esa especie de servicio militar obligatorio que es el matrimonio. Se aman y la pasan muy bien juntos sin pensar en ir al altar, pero tienen que convivir con las incómodas e impertinentes preguntas de cuándo se casarán y, por consiguiente, cuándo tendrán hijos.
Frases como “te está haciendo perder el tiempo porque no te propone matrimonio” o “tienes que pensar en casarte de una vez porque ya tienes 30 años” son comunes en los entornos familiares –y hasta de amistades– que consideran al casamiento una etapa ineludible y el triunfo de una relación.
Pero los tiempos han cambiado, y si antes una mujer se sentía realizada vestida de blanco y diciendo “sí acepto” en la iglesia, ahora prefieren soñar con algo menos idílico, pero más satisfactorio para ella: lograr sus metas profesionales.




0 comentarios:
Publicar un comentario