La reciente operación de estética de Belén Esteban ha puesto de manifiesto los cambios radicales que se han hecho algunos famosos.Elsa Pataky, Paula Vázquez, Ana Obregón, Letizia Ortiz o Ana Torroja entre otras muchas han recurrido al bisturí para su transformación.
En el ámbito internacional hay casos más peliagudos, como el de los hermanos Jackson o Lindsay Lohan.
Recientemente la colaboradora televisiva Belén Esteban ha sorprendido a propios y extraños con la transformación que ha sufrido su cara tras la operación de cirugía estética a la que se ha sometido. La "princesa de San Blas" es la última de una larga lista de famosos que han recurrido a la cirugía para mejorar su rostro... o no.
Elsa Pataky, antes y después."
En el panorama nacional destacan como clientas del cirujano plástico artistas como Elsa Pataky, quizá el mejor ejemplo de mejora gracias a unas intervenciones discretas pero fundamentales. La actriz se ha retocado mentón, pómulos y nariz, el llamado "triángulo de la belleza", además de los ojos.
La presentadora Paula Vázquez también se puso en las manos de un cirujano y su rinoplastia fue muy comentada en su momento. Sin embargo, Vázquez no se ha librado nunca de la leyenda negra que la cirugía vierte sobre algunos famosos y aunque lo ha desmentido, las malas lenguas le atribuyen además una reducción de costillas.
Menos suerte con sus retoques ha tenido la actriz Ana Obregón. Pasados los cincuenta, la protagonista de Ana y los siete tiene los pómulos demasiado rotundos y la nariz ha perdido naturalidad. Obregón también ha recurrido al bótox y al relleno de labios para intentar vencer al paso del tiempo. También se operó el pecho, por un complejo de la infancia.
El caso más sonado y comentado de rinoplastia fue sin duda el que protagonizó la princesa Letizia. La ex periodista se limó el puente de la nariz, reduciendo la curva de la misma y dejándose un apendice nasal de lo más regio, que ahora luce con elegancia en los actos oficiales. En el museo de cera tuvieron también que rehacer la nariz de su figura.
También ha recurrido a la reforma nasal la ex cantante de Mecano Ana Torroja, que además entró en la consulta del cirujano para resaltar sus pómulos. De hecho, tras la reciente operación de Belén Esteban ha sido muy comentada la similitud de ambas mujeres tras pasar por el quirófano, sobre todo en la forma de sus narices.
Quizá el caso más representativo y extremo sea el de Michael Jackson. El fallecido cantante cambió de color de piel (algunos lo asocian a una enfermedad, otros a un deseo del artista) y se operó la cara en múltiples ocasiones, hasta quedar irreconocible. Nariz, pómulos, mentón, estiramientos... El "rey del pop" sólo reconocía un par de operaciones, pero lo cierto es que su rostro acabó casi desfigurado. Además, el cantante compartía la misma forma triangular de nariz con sus hermanas, La Toya y Janet Jackson que también han probado el bisturí.
Tampoco han sido acertados los retoques que Lindsay Lohan se ha hecho. La joven actriz ha unido una vida demasiado intensa y el consiguiente desgaste físico, a unas operaciones estéticas que le la han envejecido. Además de unos pechos de generosa talla, la actriz se ha hecho múltiples intervenciones en la cara, con resultados poco positivos.
A Cher siempre se le ha conocido como "la reina de la cirugía" y sólo ella sabe cuántas operaciones han visto sus años. La cantante ha encontrado la fuente de la eterna juventud, pero en su caso tiene forma de mesa de operaciones. De nuevo, la tríada fundamental de las operaciones, nariz, pómulos y mentón, amén de estiramientos de piel.
La actriz Nicole Kidman también ha realizado su particular mutación y aunque de forma progresiva y sutil, al final la mano del cirujano es reconocible en el rostro de la protagonista de Los otros. Kidman es una gran seguidora de los milagros del bótox, recurso que le ha restado expresividad a su rostro, en el que ha resaltado los pómulos y estilizado nariz y mentón.
La lista es ciertamente interminable, pero lo que queda claro es que el tiempo y la gravedad ponen cada cosa en su sitio. Para que ésto no pase, mejor seguir la vieja máxima: el mejor retoque es el que no se nota.
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