La actriz estadounidense Brooke Shields volvió a admitir que sufrió mucho la depresión posparto luego de dar a luz a su hija Rowan en 2003. Sin embargo, en esta ocasión, confesó los aspectos más dolorosos de esta enfermedad y de cómo, en los peores momentos, quiso quitarse la vida.
"Por fin tenía a una niña sana y no podía ni mirarla", dijo Brooke, quien dio a luz a su hija Rowan después de un aborto y de siete intentos fallidos de fecundación in vitro.
"No podía levantarla, no podía cantarle y no podía sonreirle... Todo lo que yo quería hacer era desaparecer y morir", aseguró la actriz al recibir este lunes un premio por su apoyo a la Fundación para la Esperanza en la Depresión (Hope for Depression Research Foundation), con sede en Manhattan.
"Yo no debería existir. El bebé estaría mejor sin mí. La vida nunca iba a ser mejor, así que mejor marcharme", continuó Shields. La actriz también relató ante los presentes uno de los peores episodios que vivió durante su depresión y que a punto estuvo de acabar en tragedia.
17 noviembre 2009
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