22 septiembre 2009

COBERTURA ESPECIAL: Alimentos y agua escasean en el refugio brasileño de Zelaya en Honduras

Hasta las galletas se acabaron y casi no hay agua en la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde permanece refugiado el presidente depuesto Manuel Zelaya tras su retorno a Honduras, acompañado de 300 personas, entre ellos unos doce niños, que no han comido nada desde el lunes.

El número de visitantes aumentó dramáticamente al amanecer del martes luego de que militares y policías hondureños rodearan la embajada y expulsaran a miles de manifestantes congregados en los alrededores en apoyo a Zelaya.

Varias decenas de manifestantes lograron entrar a la embajada, lo que agudizó la escasez de alimentos y agua potable, cuyo suministro fue cortado supuestamente por órdenes del régimen de facto de Roberto Micheletti para forzar la salida de Zelaya.

Hay niños, como 10 ó 12 niños, que no han podido comer. Estamos en una gran dificultad", agregó Tamayo, un cura católico de origen salvadoreño que vive hace 26 años en Honduras, dedicado activamente a los esfuerzos para lograr la restitución de Zelaya en el poder.


La embajada brasileña, donde también se encuentra un puñado de diplomáticos brasileños al mando del encargado de negocios, Francisco Rosendeno, ha podido conseguir alimentos para sus numerosos huespedes debido a un toque de queda de 26 horas impuesto el lunes en la tarde y vigente hasta el martes al anochecer.

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