El papa Benedicto XVI ha visitado hoy la cuna del anglicanismo, Reino Unido, y lo ha hecho coincidiendo con la celebración de San Niniano en Edimburgo. A su llegada no ha habido alfombra roja, pero sí estaba el marido de la reina, treinta soldados de la guardia de honor y muchas gaitas. Benedicto XVI ha ido precisamente a templar los ánimos de la sociedad británica, dolida por los abusos pedófilos que el Papa ha calificado de enfermedad.




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