Era la madrugada del 16 de septiembre de 1810… un movimiento por la libertad acababa de abrir los ojos.
Y hoy, a 200 años de distancia, el movimiento de Independencia se ha traducido en algo que hoy llamamos México, una tierra de identidad, un paraíso de latidos, un arsenal de paisajes… un pueblo de orgullo.
En Dolores Hidalgo comienza la lucha por levantar la voz. Y esa voz aún se escucha entre los muros de roca de la parroquia de aquel pueblo.
Y es que presenciar este lugar es traer a la vida los pasajes más importantes de México.
De ahí que el Museo de la Independencia sea una visita obligada. Es tomar el cuerpo de nuestra patria y contemplarle el corazón.
15 septiembre 2010
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