

La primera dama estadounidense ha cautivado con su belleza y afabilidad a sus únicos interlocutores, a su llegada al complejo turístico de la Costa del Sol, en que pasará unos días de vacaciones.
La familia dueña del Villa Padierna recibió como anfitriones, de tú a tú y sin otra presencia oficial, a Michelle Obama y a su hija Sasha, y a continuación se mostraban maravillados.
"Es sencillamente espectacular", dijeron de la mujer del presidente Barack Obama, que bajó del automóvil con una amplia sonrisa y ataviada con un sencillo vestido negro, antes de alojarse en un palacete anexo llamado Linares.




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