Luego de permanecer durante más de un año en un rústico nicho, los familiares de Rolando Florián Féliz construyeron una moderna tumba en el nuevo cementerio de Barahona, “Don Américo Melo Andújar”.
Los restos de Florián Féliz descansan en dicho lugar desde el 18 de mayo del 2009, donde fueron sepultados tras ser muerto a balazos durante un incidente ocurrido en la celda que ocupaba en la cárcel de Najayo, San Cristóbal.
Nativo de esta ciudad, estuvo vinculado al tráfico internacional de drogas, siendo el primer caso que lo llevó a la “fama”, el del barco Phoenix, donde se decomiso 953 kilos de cocaína en la zona de Pedernales.
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