
En este cambio de hábitos, el médico de familia debe jugar un "papel fundamental" y "cambiar su mentalidad para ser capaz de sentarse con el paciente y educarle porque, si no lo hace, las pastillas no valen para nada", aseguró una especialista.
Por su parte, el paciente debe mostrarse "receptivo" para captar el mensaje de que, por ejemplo, "dejar de fumar reduce de forma drástica el riesgo de recaídas tras un infarto".
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