Sus amigos, colegas y vecinos se negaron a decirle adiós. Por eso con insistencia gritaron “¡Luis Días vive!” en el homenaje que le rindieron sobre un escenario en la calle Beller, frente a la casa en la que residió durante sus últimos años de vida.
En ésta, las verjas de la entrada tenía grabado en letras de metal “El Terror”, para que fuera inconfundible su residencia.
Todos prefirieron pensar que el fenecido artista partía en una gira. Y en lugar de recordatorios distribuyeron volantes en los que se anunciaba una gira del cantautor denominada “De la tierra al cielo”, en la que estaría presentando un concierto eterno.
¡Luis Días Vive!
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