POR JOSEPH JUNIOR
La incertidumbre sobre la realización del evento que se dio porque a pocos días del mismo aún no se tramitaba el permiso municipal, anticipaba más desorden.
Hubo un excesivo retraso para iniciar el concierto; se anunciaba al grupo contraparte a las 7:30 P.M. y el CFA Music subió recién a las 9:00 P.M., mientras el público aún formaba filas en los accesos, expresando su impaciencia con aplausos de fastidio, adentro también se reclamaba “hora”.
Capítulo Aparte: La falta de previsión y prepotencia contra los reporteros gráficos, restringidos a un incómodo “corralito” a mitad de la cancha, y desalojados con brusquedad por un improvisado personal de seguridad.
Y no acudió la cantidad de público que se esperaba: Hubo menos de la cuarta parte de los 40 mil necesarios para llenar el estadio Defensores del Chaco. Posiblemente, en otro lugar hubiera sido un escenario más compacto y adecuado.
Tras amenazas de suspensión del concierto, horas de retraso y pequeños percances de la producción, Guerra movió al público con sus ritmos, conquistó con sus clásicos y cerró su presentación.
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