Para Javier ésta es, sin lugar a dudas, una de las tareas más difíciles realizadas en el campo de la comunicación y a diferencia del trabajo en la televisión, de la labor del animador, su buen manejo y desempeño, puede depender, en gran medida, el éxito o fracaso de un show o de un espectáculo.
Según Javier lo primero es hacer brillar la marca patrocinadora y los artistas y por supuesto al público “hay que olvidarse de los protagonismos individuales, este trabajo no es cosa de “poca ropa” o de “caras lindas”, ni tampoco de “sandeces ni griteríos”, es algo serio, aunque a veces se utilicen chanzas y relajos para obtener mejores resultados”
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